Nacimos para ser felices y ayudar a los demás a serlo.
LA IMPORTANCIA DE SER BUDISTA. ¿CON QUE PROPOSITO NACEMOS? INTRODUCCION PARA NO BUDISTAS.
¿CON QUÉ PROPÓSITO NACEMOS?
Nacimos para ser felices y ayudar a los demás a serlo.
Nacimos para ser felices y ayudar a los demás a serlo.
Para lograr este objetivo es de máxima importancia poder triunfar sobre
nuestras debilidades.
Practicamos el Budismo de Nichiren para poder triunfar sobre la
ignorancia, sobre nuestro karma, los obstáculos y las funciones demoníacas, y
sobre los tres enemigos poderosos (1).
El budismo nos enseña que todos tenemos en forma inherente la sabiduría
y la fuerza para ganar en todos los aspectos de nuestra vida. Es una filosofía
para lograr la victoria. Por
ello participando con «Fe, Práctica y Estudio budista», esta filosofía convierte
nuestras esperanzas, en fuente de
sucesivas victorias en nuestra vida.
Como lo confirman los miembros de la Soka Gakkai Iinternacional con sus
experiencias en la fe, cuando
creemos que ya no podemos seguir adelante, cuando hemos perdido la esperanza y
no podemos encontrar el camino para seguir avanzando, debemos sumergirnos en los (Ghosos) escritos
de Nichiren Daishonin, las orientaciones de la SGI y el aliento de nuestros
compañeros de fe para poder despertar y renovar nuestra propia fe.
Cuando tenemos una fe profunda en la Ley Mística y continuamos con toda
sinceridad nuestra práctica del budismo e invocamos Nam-myoho-renge-kyo ante el
Gohonzon, decididamente algo comenzará a cambiar dentro de nosotros. Se manifestará nuestro Estado
de Buda, se nos llenará el corazón de alegría y confianza, y surgirá desde
nuestro interior el coraje para desafiarnos. También fluirá de nuestra vida la
ilimitada sabiduría y la fuerza de buda necesarias para lograr la absoluta
victoria.
Como miembros de SGI que se esfuerzan en la fe, la práctica y el estudio
diligentemente, podemos cultivar un yo fuerte e invencible con nuestras
experiencias y superar todo tipo de obstáculos y problemas cotidianos o no, con
la potencia de la fuerza mística.
Por supuesto que nada
refleja mejor la vida del Estado de Buda que nuestros confiados, seguros e
intrépidos pioneros.
Todos somos, entidades
de la Ley Mística. Por eso, es
esencial que creamos firmemente en el principio de «reemplazar la sabiduría por
la fe» (2); haciendo surgir la sabiduría y el coraje que necesitamos para
lograr la victoria, cuando basamos nuestra vida en la práctica de Nam-myoho-renge-kyo.
Esta es la clave para establecer una fe sin retrocesos, tal como expone el
Budismo del Daishonin.
Un famoso experto en
yudo relató el secreto de su maestría. Recordó cómo su maestro lo arrojaba al
suelo una y otra vez y cómo este proceso lo dejaba exhausto, hasta que su
corazón y su técnica se convirtieron en uno. Desde ese momento comenzó a ganar.
De la misma manera, en el proceso de leer un libro difícil, aun cuando en un
principio no entendamos las ideas que está expresando, si continuamos haciendo
el esfuerzo, en un momento inesperado de claridad, captaremos el significado.
Esos relámpagos de introspección llegan solamente tras el esfuerzo paciente y
continuo.
Todo depende del
corazón. En la práctica del budismo es igual. Solamente si estudiamos y hacemos
el esfuerzo de profundizar la fe, podemos hacer surgir el Estado de Buda.
Con sólo hablar y hablar de revolucionar nuestro
estado de vida, no cambiaremos nada. El que se encuentra en la cúpula de
una organización y hace trabajar a los demás mientras él no se esfuerza, se
encuentra en franca decadencia. Esa persona jamás podría manifestar la
Iluminación.
La práctica y el estudio
del budismo es absolutamente esencial. Constituye el corazón mismo de la Soka
Gakkai. Hay quienes han sugerido que el deterioro espiritual a nivel
fundamental que aqueja al clero se puede atribuir a que no estudian la doctrina
budista. Las últimas palabras de Shakyamuni (El buda del primer día de la Ley)
fueron «Seguid la Ley y no
a las personas» (Conversación entre un
venerable y un hombre no iluminado, END,
pág. 114).
En la Soka Gakkai, la
Ley siempre es nuestro centro, y los escritos de Nichiren Daishonin, nuestro
cimiento. La tradición de la Soka Gakkai siempre ha sido el estudio intenso y profundo
del budismo. El Daishonin escribió: «Esfuércense en los dos caminos de la práctica y el estudio, pues el
budismo no existe sin práctica y estudio».
(END, pág. 408). (Abrazar la compasión:
revolución de liderazgo, Vol. 2, págs.
38-39). La base de la Soka Gakkai está
constituida por los (gozos) escritos de Nichiren Daishonin […]
En su Carta a Konichi-bo, Nichiren le escribió: «Quienes creen en el
Sutra del loto deben cuidarse y precaverse de los
enemigos del sutra» (END, pág. 696).
La
fe es una lucha entre el Buda y las funciones demoníacas, entre el bien y el
mal. Por consiguiente, si bajamos la guardia aunque sea un poco, las funciones
demoníacas ingresarán rápidamente en nuestra vida. Son las funciones demoníacas
las que nos envenenan con pensamientos negativos.
Es por eso que el presidente Josei Toda siempre le manifestaba a los
dirigentes: «¡Mantengan
las funciones demoníacas lejos! ¡Atáquenlas con la filosa espada de la fe!».
En su carta a Konichi-bo, Nichiren le
advierte: «Si no conoce a sus enemigos, acabará engañados por ellos» (END, pág.
696). Lo importante es poder reconocer las funciones demoníacas. Para eso está
el estudio y la fe en el budismo. (Abrazar la compasión: revolución de
liderazgo, Vol. 2, págs. 61–62).
Nosotros los que creemos en el Budismo de Nichiren Daishonin basamos
nuestra vida en la gran ley fundamental del
universo, la Ley Mística. Además, estudiando los (ghosos) escritos del
Daishonin podemos confirmar su importancia. Nada es más gratificante que hacer
conexión directa con la Ley Mística siguiendo el camino de la fe, la práctica y
el estudio. Es la única forma de establecer la felicidad eterna descrita como
«la alegría ilimitada de la Ley»(3) (El mundo de los escritos de Nichiren
Daishonin, Living Buddhism, marzo 2003, pág. 29).
NOTAS
1. Tres enemigos poderosos: Tres tipos de
personas arrogantes que persiguen a quienes propagan el Sutra del Loto en la
era del mal tras la muerte del Buda Shakyamuni, descritos en la última sección
en verso de «Aliento a la devoción», el capítulo 17 del Sutra del Loto. El Gran
Maestro Miao-lo (711–82) de la China los describe en resumen como laicos
arrogantes, sacerdotes arrogantes y falsos sabios arrogantes.
2. Reemplazar la sabiduría por la fe: El
principio de que la fe es la verdadera causa para adquirir sabiduría suprema, y
que solamente la fe conduce a la iluminación.
En general, el budismo describe la
sabiduría suprema como la causa de la iluminación. Según el Sutra del Loto,
Shariputra que era venerado como el primero en sabiduría, solamente pudo lograr
la iluminación mediante la fe, no la sabiduría. En «Sobre los cuatro niveles de
la fe y los cinco niveles de la práctica», Nichiren declara, «como nuestra sabiduría
es inadecuada, [el Buda Shakyamuni] nos enseña a reemplazarla por la fe, de
modo que la palabra “fe” constituye por sí sola los fundamentos» (END, pág.
825).
3. Alegría ilimitada de la Ley: la
felicidad suprema y última del Buda, el beneficio de la Ley Mística. Nichiren
dice: «No hay felicidad más verdadera para los seres humanos que entonar
Nam-myoho-renge-kyo.