9. LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Enviada a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. (Los escritos de Nichiren Daishonin, Soka Gakkai, Pag. 71/78).
En la carta que usted me
envió por medio de un mensajero, explica que antes solía recitar un capítulo
del “Sutra del Loto” por día, de manera tal que tardaba veintiocho días en
recitar el “Sutra del Loto” entero. Y dice que ahora está leyendo el capítulo
“Rey de la Medicina” una vez por día (1). Me pregunta si debe simplemente leer
un capítulo por vez, como venía haciendo antes.
En lo que concierne al
“Sutra del Loto”, se puede recitar todos los días la totalidad deL Sutra de veintiocho
capítulos en ocho volúmenes; o bien recitar un solo volumen, un solo capítulo,
una sola frase o una sola palabra; o bien puede entonar el daimoku,
Nam-Mioho-Renge-Kyo, una sola vez por día, o entonarlo una única vez en el
transcurso de su existencia, u oírlo entonar sólo una vez en la vida, y
regocijarse al escucharlo, o sentir júbilo al escuchar la voz de otro, que a su
vez a sido feliz escuchándolo, y así, hasta la quincuagésima persona. (2) Y si
uno fuese el último en esta sucesión, aunque su fe fuera débil, y aunque este
regocijo diluido fuese endeble como un niño de dos o tres años, o incapaz de
distinguir el antes y el después como una vaca o un caballo, igualmente los
beneficios obtenidos sería cien, mil, diez mil, un millón de veces más grande
que los adquiridos por personas de agudas facultades y sabiduría superior que
han estudiado otro Sutras, o personas como Shariputra, Maudgalyayana, Manjushri
y Maitreya, que aprendieron de memoria el texto completo de los diversos
Sutras.
Esto
se menciona tanto en el “Sutra del Loto” como en los sesenta volúmenes de comentarios
(3) de T’ien-t’ai y de Miao-lo. Así pues, el Sutra señala [con respecto a estos
beneficios]: “Ni siquiera la sabiduría del Buda podrá terminar de medirlos
jamás” (4) Ni la sabiduría del Buda es capaz de escrutar los beneficios que
obtendrá alguien así. La sabiduría del Buda es tan prodigiosa que conoce
incluso la cantidad de gotas de lluvia que caen sobre este gran sistema
planetario en un período, por ejemplo, de siete días, o del doble. Y sin
embargo leemos que los beneficios adquiridos por el que recita apenas una sola
palabra del “Sutra del Loto” son algo que el Buda no puede llegar a calcular.
¿Cómo, entonces, podríamos entender tales beneficios nosotros, personas comunes
que hemos cometido graves faltas?
Sin
embargo, han transcurrido unos dos mil doscientos años desde la muerte del
Buda. Las cinco impurezas prevalecen desde hace ya mucho tiempo, mientras que
las buenas acciones de cualquier índole ocurren solo muy de vez en cuando.
Aunque una persona haga el bien, en el proceso de ejecutar una sola buena
acción acumula diez faltas, así que, finalmente, en nombre de un pequeño acto
de bondad acaba cometiendo grandes males. Y sin embargo, en su fuero íntimo, se
enorgullece de haber practicado el gran bien… Así es la época en que vivimos.
Por otro
lado, usted nació en la remota tierra del Japón, un pequeño estado insular
separado por doscientos mil ris de montañas y mares del país donde nació El Que
Así Llega. Y además, por ser mujer, está expuesta a los cinco impedimentos y
sometida a las tres clases de obediencia. ¡Es una maravilla indescriptible que,
a pesar de estos muchos obstáculos, usted haya abrazado la fe en el “Sutra del
Loto”.
Hasta los sabios y eruditos, como aquellos que leyeron todas las
enseñanzas sagradas expuestas por el Buda en el transcurso de su existencia y
llegaron a dominar las enseñanzas exotéricas y esotéricas, en esta época
tienden a abandonar el “Sutra del Loto” y recitar, en cambio, el Nembutsu. En
una situación así, ¡que buen karma tiene que haber creado usted en el pasado,
para haber renacido como alguien capaz de recitar incluso una sola estrofa o
frase del “Sutra del Loto”¡
Cuando
leí su carta, sentí como si mis ojos estuvieran contemplando algo más
extraordinario que la flor de “udumbara” o algo mas infrecuente que la tortuga
tuerta que encontró un tronco de sándalo flotando a la deriva, con un agujero
del tamaño justo para poder meterse en él. (5) Embargado de sincera admiración,
sentí el deseo de agregar una sola palabra o expresión de mi propio regocijo, para
que este acto Mio engrandeciera aún más sus beneficios. Sin embargo, temo qué,
así como las nubes oscurecen la luna o como el polvo ensucia un espejo, mi
breve y torpe intento de describir sus méritos, termine oscureciendo y
empañando los beneficios incomparablemente esplendidos que usted habrá de
recibir. Y me aflijo de sólo pensarlo. Sin embargo, en respuesta a su pregunta,
no puedo tampoco permanecer callado. Por favor entienda que apenas estoy
agregando mi pequeña gota a los ríos y océanos, o sumando la llama de mi tea al
sol y a la luna con la esperanza de multiplicar, aun en ínfima medida, el
volumen de las aguas o el brillo de la luz.
En
primer lugar en lo que concierne al “Sutra del Loto”, entienda que los beneficios son los mismos ya sea que recite
los ocho volúmenes o sólo uno, o un capítulo, una estrofa, una frase o solo el
daimoku o título. Es como el agua de un gran océano: una sola gota contiene
agua de innumerables ríos y arroyos, o como la gema de los deseos, que aun
siendo una sola piedra, puede conceder toda clase de tesoros a quien le expresa
su anhelo. Y lo mismo cabe decir de cien, mil, diez mil o un millón de gotas
del océano o joyas como aquella. Un solo ideograma del “Sutra del Loto” es como
una sola gota de agua o como una sola gema así; y cien millones de ideogramas
(6) son como cien millones de gotas o de joyas.
Por
otro lado un solo ideograma de los demás Sutras o del nombre de los diversos
budas es como una gota de agua de un rio o arroyo cualquiera, o como una piedra
de cualquier montaña o mar. Una gota así
no contiene el agua de incontables arroyos y ríos, y una piedra así no posee
las virtudes inherentes a las infinitas rocas que existen.
Por
ende, en lo que respecta al “Sutra del Loto”, es encomiable recitar cualquier
capítulo en el cual uno haya depositado su fe, sea cual fuere el elegido.
En sentido general, de
todas las enseñanzas sagradas de El Que Así Llega, no hay una sola que haya
demostrado ser falsa. Sin embargo, cuando analizamos las enseñanzas budistas
más profundamente, vemos que aún en las palabras de oro de El Que Así Llega
pueden establecerse categorías, como las del Mahayana y el Hinayana. Las
enseñanzas provisionales y las verdaderas, las doctrinas exotéricas y
esotéricas. Estas distinciones surgen de los mismos sutras y, por lo tanto, las
encontramos esbozadas someramente en los comentarios de los diversos estudiosos
y maestros.
Para ir a la esencia de
la cuestión, de las muchas doctrinas expuestas por el buda Shakyamuni en sus
más de cincuenta años de enseñanza, las que predicó durante los primeros
cuarenta y tanto años son de naturaleza cuestionable. Podemos afirmarlo porque
el Buda se ocupó de decir con toda claridad en el “Sutra de los infinitos
significados”: “En estos más de cuarenta años, todavía no he revelado la
verdad”. Y en el “Sutra del Loto”, el Buda afirma sobre cada una de sus
palabras y frases: “Descartando honestamente los medios hábiles, predicaré sólo
el Camino insuperable”. (7)
Además el buda Muchos
tesoros irrumpió de la tierra y sumó su testimonio, declarando: “[Acerca de] el
Sutra del Loto de la Ley prodigiosa…[…] Todo lo que has expuesto [buda
Shakyamuni] es la verdad” (8) Y los budas de las diez direcciones se reunieron
en la asamblea donde se predica el “Sutra del Loto”, y extendieron sus lenguas
para respaldar mas aún la afirmación de que, en el “Sutra del Loto” no había
una sola palabra falsa. Fue como si un gran rey, su consorte y sus más
honorables súbditos hubieran dado su palabra con total acuerdo y unanimidad.
Supongamos que un hombre o una mujer que han
recitado apenas una sola palabra del “Sutra del Loto” se viesen arrastrados por
el karma inimaginablemente pesado de las diez malas acciones, las cinco faltas
capitales o las cuatro faltas graves, y cayesen en los malos camino. Aunque el
sol y la luna jamás volvieran a salir por el este, aunque la gran tierra
voltease sobre si misma, aunque la marea del gran océano ya no subiera o
bajara, aunque las piedras rotas volvieran a unirse, aunque las aguas de los
ríos y arroyos dejaran de volcarse al mar, ninguna mujer que creyera en el
“Sutra del Loto” acabaría siendo arrastrada por sus faltas mundanas y cayendo
en los caminos del mal.
Si una mujer que
practica el “Sutra del Loto” cayera alguna vez en los malos caminos a causa de
sus celos, de su mal carácter o de su codicia excesiva, al instante Shakyamuni
El Que Así llega, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones
sería culpables de haber violado el juramento de no mentir jamás, manteniendo
durante palpas incontables. Su falta sería mas grave aún que los embustes y
engaños sensatos de Davadatta o las escandalosas mentiras de Kokalika. ¿Pero
podría suceder algo semejante? Por eso, para la persona que abraza el “Sutra
del Loto”, los beneficios están asegurados por completo.
por otro lado, aunque no
cometamos una sola mala acción en toda nuestra existencia y observemos los
cinco preceptos, los ocho preceptos, los diez preceptos, los doscientos
cincuenta preceptos, los quinientos preceptos o los preceptos incontables;
aunque aprendamos todos los otros sutras de memoria, hagamos ofrendas a todos
los demás budas y bodhisattvas, y acumulemos meritos inconmensurables, si no
tenemos fe en el “Sutra del Loto” o si depositamos nuestra fe en él, pero
consideramos que está a la misma altura que los otros sutras y enseñanzas de
los demás budas; o si reconocemos su superioridad, pero constantemente
participamos en otras disciplinas religiosas, o practicamos el “Sutra del Loto”
solo de vez en cuando, o nos relacionamos en términos amistosos con sacerdotes
del Nembutsu –que en lugar de creer en el “Sutra del Loto” lo vilipendian-, o
si pensamos que no hay falta alguna en los que Afirman que el “Sutra del Loto”
no se adecua a la capacidad de la gente del Ultimo Día, en tal caso, el mérito
de los incontables actos de bien que hayamos realizado en toda nuestra vida
desaparecerá al instante. Además los beneficios derivados de nuestra práctica
del “Sutra del Loto” se opacarán durante cierto tiempo, y caeremos en la gran fortalece
del infierno Avichi, con la misma certeza con que la lluvia cae del cielo o las
rocas se despeñan desde las cumbres hasta los valles.
Aunque uno haya cometido
las diez malas acciones o las cinco faltas capitales, mientras no vuelva la
espalda al “Sutra del Loto”, siempre renacerá en la tierra pura y logrará la
budeidad. Por otra parte, leemos en el sutra que aunque uno observe los
preceptos, abrace todos los demás sutras y crea en los diversos budas y
bodhisattvas, si no abraza la fe en el “Sutra del Loto” sin falta caerá en los
malos caminos.
Por limitada que sea mi
capacidad, cuando observo la situación del mundo actual, siento que la gran
mayoría de los creyentes laicos y sacerdotes son culpables de denigrar la
enseñanza correcta.
Pero volvamos a su
pregunta. Como dije antes, aunque ninguno de los veintiocho capítulos que
componen el “Sutra del Loto” es
desdeñable, los más sobresalientes son “Medios Hábiles” y “Duración de la
vida”. En cierto sentido, los restantes
son como las ramas y hojas de estos últimos. Por lo tanto, para su recitación
cotidiana, recomiendo que practique la lectura de las partes en prosa de los
capítulos “Medios hábiles” y “Duración de la vida”. Es mas podría serle
provechoso transcribir una copia de cada una de estas dos partes. Los
veintiséis capítulos restantes son como la sombra que sigue al cuerpo o como el
valor inherente a una joya. Si recita los capítulos “Medios Hábiles” y “Duración de la vida”, los otros restantes
naturalmente estarán incluidos, aunque usted no los recite. Es cierto que los
capítulos “Rey de la Medicina” y “Davadatta” exponen en forma específica el
logro de la Budeidad en las mujeres y el renacimiento de estas en la tierra
pura [del Pico del Águila]. Pero el capítulo “Davadatta” es como una rama y una
hoja del capítulo “Medios hábiles” y el capítulo “Rey de la medicina” es como
una rama y una hoja de los capítulos “Medios hábiles” y “Duración de la vida”.
(10) Por lo tanto, debe recitar en forma asidua estos dos capítulos: “Medios
hábiles”. Y en lo que respecta a los restantes, puede volver a ellos de tanto
en tanto, cuando tenga un momento libre.
Al mismo tiempo, en su
carta dice que tres veces por día se inclina con reverencia ante los siete
caracteres del daimoku (11), y y que cada día repite las palabras Namu-ichijo-myoten (12) diez mil veces.
Me cuenta, que sin embargo, durante los dias de su ciclo menstrual se abstiene
de leer el sutra, y me pregunta si, en esos días, es impropio inclinarse con
reverencia ante los siete ideogramas o recitar Manu-ichijo-myoten sin enfrentar
[al gohonzon], o si, cuando menstrúa, ni siquiera debería hacer estas cosas.
Asimismo me pregunta cuántos días debe esperar, una vez finalizado el período,
para reanudar la recitación del sutra.
Este es un asunto que
concierne a todas las mujeres, y sobre el cual siempre preguntan. En el pasado
también hubo muchos que trataron esta cuestión relacionada con el sexo
femenino. Pero como las enseñanzas sagradas expuestas por el Buda en el
transcurso de su existencia no menciona este tema, nadie ha podido presentar
pruebas documentales que fundamenten su respuesta. En mi propio estudio de la
enseñanza sagrada, nunca encontré un solo pasaje de los sutras o tratados que
hablara de abstinencias derivadas de la menstruación, aún cuando halle claras
prohibiciones en ciertos días del mes referidas a impurezas de la carne o el
vino, de los cinco alimentos de sabor intenso o de los actos sexuales.
Mientras el Buda vivió
en este mundo, muchas mujeres tomaron los hábitos en su época de juventud y se
consagraron a las enseñanzas del Buda, pero nunca fueron objeto de rechazo a
causa de sus ciclos menstruales. A juzgar por esto, diría que la menstruación
no representa ninguna clase de impureza derivada de una fuente externa. Es,
sencillamente, una característica del sexo femenino, un fenómeno relacionado
con la perpetuación de la semilla del nacimiento y la muerte. O, en otro
sentido, podría ser vista como una suerte de afección crónica o recurrente. En
el caso de las deposiciones o la orina, son sustancias producidas por el
cuerpo, pero mientras uno observa normas correctas de higiene no hay ninguna
prohibición especial atinente a ellas. El mismo criterio, entonces, habría que
adoptar con respecto a la menstruación. Por eso, creo yo, hemos sabido de
reglas particulares que impusieran abstenciones en este sentido, ni en la India
ni en la China.
Sin embargo, el Japón es
una tierra de deidades. Y, curiosamente, aunque los budas y bodhisattvas aquí
se ha manifestado en forma de dioses (13), parece ser típico de ellos, en
muchos casos, no adecuarse a los sutras tratados. No obstante, si uno actúa en
contra de ellos, genera una retribución negativa real.
Cuando escrutamos los sutras y tratamos con
atención, hallamos una enseñanza referida a un precepto que se conoce como
“seguir las costumbres de la región” (14) y que podría muy bien aplicarse al
caso que nos ocupa. Este precepto significa que, mientras no esté en juego
ninguna trasgresión grave, no se deberían contrariar las tradiciones y
costumbres de un país, aún cuando para ello debamos apartarnos ligeramente de
las enseñanzas budistas. Este es un criterio establecido por el Buda. Pero
parece ser que algunos hombres sabios, ignorantes de este precepto sostienen
posturas extremas y dicen, por ejemplo, que como las deidades son seres
semejantes a los demonios no debería ser respetada. Y esto ha ofendido a muchos
practicantes laicos.
Así las cosas, ya que en
la mayoría de los casos las deidades del Japón se han mostrado favorables a la
abstención religiosa durante los días menstruales, tal vez las mujeres nacidas
en este país respetar este tipo de prohibición de manera escrupulosa.
Sin embargo no creo que
esta restricción deba interferir en la práctica religiosa diaria de la mujer.
Me atrevería a pensar que los que le aconsejan lo contrario nunca han sido,
precisamente, personas devotas del “Sutra del Loto”. En realidad, buscan
conseguir, por uno u otro medio, que usted deje de recitar el sutra, pero no se
animan a ser francos y a decirle en forma abierta que lo abandone. Entonces
usan el pretexto de la impureza corporal para tratar de alejarla del sutra. La
intiman planteando que si usted prosigue con su devoción habitual durante los días
de impureza, estará siendo irrespetuosa con la enseñanza. Y de esa forma,
mediante engaño, tratan de inducirla a cometer una falta.
Espero que tenga en
cuenta todo lo que le he dicho con respecto a este asunto. Sobre esa base,
aunque la menstruación llegara a durar siete días, si no se siente bien pase
por alto la recitación del sutra y entone Nam-myoho-renge-kyo. Al mismo tiempo,
cuando realice su práctica no es necesario que se incline con reverencia frente
al sutra.
Por otro lado, si de
pronto usted sintiera, por ejemplo, que se aproxima la muerte, en tal caso,
aunque esté comiendo pescado o aves, (13) si puede leer el sutra será mejor que
lo haga y qué, además, entone Nam-myoho-renge-kyo. No hace falta decir que,
durante el período menstrual, debería aplicar el mismo principio.
Aunque la practica de Namu-ichijo-myoten sirve a los mismos
fines, será mejor que entone sólo Nam-myoho-renge-kyo, como hiciera el
bodhisattvas Vasubandhu y el gran maestro T’ien-t’ai (16). Se lo digo por
razones muy concretas.
Respetuosamente
Nichiren
En el decimoséptimo día
del cuarto mes, primer año de Bun’ei (1264), signo cíclico “kinoe-ne.
Enviada a la esposa de Daigaku Saburo
ANTECEDENTES
Nichiren Daishonin
escribió esta carta en 1264, cuando vivía en Kamakura, y la dirigió a la esposa
de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este hombre había estudiado el confucianismo
en Kioto, donde prestó servicio al emperador retirado Juntoku. Luego marcho a
Kamakura, y allí fue contratado por el gobierno militar como especialista en
estudios confucianos. Se dice que se convirtió a las enseñanzas del daishonin
alrededor de 1260. Suele afirmarse que decidió adoptar la filosofía del
Daishonin luego de leer una copia de la tesis
“Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz
en la tierra”. Tanto Yoshimoto como su esposa fueron creyentes de fe firme.
Esta carta responde a
unas preguntas de la esposa de Yoshimoto sobre las formalidades que debía
observar en su práctica diaria del budismo, y sobre la recitación del Sutra y del
daimoku durante los días de su período menstrual. Por eso, a este escrito suele
llamárselo “Ghoso sobre la menstruación”.
A juzgar por el texto
parece ser que el Daishonin había establecido de manera temprana la fórmula de
recitar los capítulos “Medios hábiles” y “Duración de la vida”, como practica
diaria de apoyo a la entonación del daimoku. La esposa de Yoshimoto al
principio había seguido la practica habitual en esa época: recitar en forma
continuada la totalidad del sutra, de a un capítulo por día. Luego, tornó a
leer sólo el capítulo “Rey de la medicina”. El Daishonin elogia su esfuerzo y
sugiere que, en lugar de entonar el mantra Namu-ichijo-myoten, recite
Nam-myoho-renge-kyo y lea los capítulos “Medios Hábiles” y “Duración de la
vida”.
Tanto la pregunta
referida a la menstruación como la explicación del Daishonin se comprenden
mejor si se encuadran en el contexto histórico del Japón, en el período
Kamakura. El sintoísmo (literalmente, “camino de los dioses”), religión
autóctona del país, ponía mucho énfasis en la observancia de la pureza ritual y
había establecido muchas prohibiciones o tabúes destinados a preservar esta
finalidad. Ciertas situaciones vitales, como la muerte, la enfermedad, las
heridas, los partos, la menstruación –entre otras- eran vistas como causas de
impureza. A la persona que se hallaba en alguna de esas situaciones se le
exigía someterse a una purificación ritual antes de llevar a cabo cualquier
acto de devoción. En consecuencia, a las mujeres se les prohibía realizar
ceremonias religiosas o asistir a ellas durante el período menstrual. Estos
tabúes estaban muy arraigados en la
conciencia popular y seguían siendo acatados
aún muchos años después de haberse introducido el budismo. Se mezclaban
tanto con las practicas budistas, que pocos tenían presente su origen no
budista. Por ejemplo, a las mujeres solía prohibírseles el ingreso a los
monasterios budistas o a sus terrenos adyacentes, en aras de evitar esta
“impureza”.
En respuesta a la
pregunta de la esposa de Yoshimoto, el Daishonin primero señala que ningún
sutra establece prohibiciones referidas a la menstruación. Además, explica que,
desde la perspectiva budista, nada da lugar a pensar que los ciclos menstruales
sean impuros, son una función natural del cuerpo.
Sin embargo, prosigue,
la costumbre de observar tales prohibiciones y tabúes ha sido hondamente
inculcada en la sociedad japonesa, y no se deberían rechazar de manera
categórica las costumbres y usos sociales tan solo porque no guarden relación
con el budismo. En tal sentido, menciona el principio budista de respetar las
costumbres regionales. De acuerdo con esta enseñanza, es importante no violar
las reglas y tradiciones sociales sin necesidad, aunque uno tenga que apartarse
de la enseñanza budista en detalles de poca importancia. Esta flexibilidad es características
del budismo, cuyo interés es permitir que la gente tome conciencia de la verdad
fundamental de todas las cosas, pero no gobernar los detalles de su vida. Por eso,
en su propagación, el budismo fue adaptando sus aspectos accesorios a la época
y al lugar, teniendo en cuenta las costumbres locales pero sin modificar su
mensaje esencial.
Con todo, aunque ciertos
detalles poco relevantes de la práctica budista puedan acomodarse a la
sociedad, los principios básicos nunca deben alterarse en nombre de la
adaptación social. Por eso, el Daishonin advierte a la esposa de Yoshimoto que
el deseo de respetar las convenciones culturales –en este caso, acatar la
prohibición referida a los ciclos menstruales- no debería interferir con su
practica diaria y correcta del budismo.
NOTAS.
1. El capítulo “Rey de
la medicina” es el vigésimo tercero del “Sutra del Loto”. Una frase dice que la
mujer que practica el “Sutra del Loto” irá directamente a la Tierra Pura
después de morir; este pasaje fue siempre muy valorado por los practicantes.
2. El Daishonin aquí se
refiere al principio de la propagación continua hasta la quincuagésima persona,
descrito en el capitulo “Los beneficios de responder con alegría” del “Sutra
del Loto”. Supongamos dice el sutra, que alguien escuchara esta enseñanza y se
alegrara, y luego la predicase a una segunda persona, que esta también se
sintiera feliz y se la trasmitiera a una tercera, y así sucesivamente hasta que
cincuenta personas escuchasen el sutra. El beneficio recibido por esta última,
a raíz de escuchar la enseñanza con júbilo, sería inmensurable, aún después de
cincuenta transmisiones sucesivas.
3. Sesenta volúmenes de
comentarios; se refiere a las tres obras principales de T’ien-t’ai –Gran concentración
e introspección, Palabras y Frases del “Sutra del Loto” y profundo significado
del “Sutra del Loto”-. Cada una de las cuales consta de diez volúmenes, mas los
tres comentarios de Miao–lo sobre dichas obras,
cada uno de los cuales también consiste de diez volúmenes.
4. Sutra del Loto, cap.
23.
5. Ambas son metáforas
budistas, a menudo empleadas por el Daishonin para aludir a algo que sucede muy
extraordinariamente. El udumbara es una planta legendaria que, según se afirma,
daba flor solo cada tres mil años para preanunciar el advenimiento de un rey
que hacia girar la rueda o de un Buda. La tortuga tuerta se menciona en el
capítulo “El rey Adorno Maravilloso” del “Sutra del loto”. Véase en el glosario
Tortuga Tuerta.
GLOSARIO: También Tortuga Ciega. Personaje
mencionado en el capítulo “Rey Adorno Maravilloso” del “Sutra del Loto”, para
explicar que la oportunidad de tomar contacto con el Buda y su enseñanza es tan
extraordinaria como la que tiene una tortuga tuerta de encontrar a la deriva un
tronco de sándalo con una cavidad del tamaño exacto para contener su cuerpo.
Esta mención remite a la parábola de la tortuga tuerta, mencionada en el “Sutra
agama misceláneo”: en el fondo del mar habita una tortuga tuerta, cuya vida
dura incontables palpas. Una vez cada cien años, sube a la superficie; en todo
el mar, hay un único tronco de sándalo a flote con una cavidad del tamaño
adecuado. Como la tortuga es ciega y el tronco es mecido de un lado a otro por
el viento y la marea, la probabilidad de que la tortuga lo encuentre, es
sumamente remota. Pues bien, dice Shakyamuni, mas raro aún es nacer como ser
humano; habiéndolo logrado, uno debe aprovechar la oportunidad para dominar
para dominar las cuatro nobles verdades y lograr la liberación.
6. Esta es una expresión figurada; el “Sutra
del Loto” en realidad consta de
69.384 ideogramas.
7. Sutra DEL Loto, cap. 2.
8. Ib., cap 11.
9. El capítulo “Devadatta” cuenta la historia
de la hija del Rey Dragón, quien
logró la
iluminación suprema en un solo instante gracias al poder del “Sutra
del Loto”.
Simbolizaba el potencial de la iluminación en las mujeres.
10. Referencia a la
tradición budista de dividir los sutras o porciones de ellos, de
acuerdo
con tres categorías (preparación, revelación y transmisión). En la
enseñanza
teórica (primeros catorce capítulos) del “Sutra del Loto”, el
capítulo
“Medios hábiles” se destaca como revelación, y el capítulo
“Devadatta"
es la transmisión por eso, el Daishonin dice que el último es
“una
rama y una hoja del primero. Cuando se considera el sutra entero en
función
de estas tres categorías, la revelación está dada por los capítulos
“Medios
hábiles” y “Duración de la vida”, y el capítulo “Rey de la medicina” es
la
transmisión; por eso se considera que este último capítulo es “una rama y
una hoja de los otros dos”.
11. Referencia al
Gohonzon.
12. Namu-ichijo-myoten
significa “devoción al sutra maravilloso del vehículo único”. Era una expresión
de devoción al “Sutra del Loto” entonada como cántico religioso.
13. El Daishonin se
refiere a la amplia creencia de que las deidades autóctonas japonesas eran
manifestaciones locales o encarnaciones de budas y bodhisattvas. Este concepto,
que se arraigó mucho alrededor del siglo X, reflejaba la tendencia al
sincretismo (significado sistema filosófico o religioso que trata de armonizar
corrientes de pensamiento o ideas diferentes) entre elementos budistas y sintoístas.
14. Alusión al precepto
de adaptarse a las costumbres locales. Se menciona en “Las cinco reglas de
disciplina” y en el prefacio de
“Fundamentos de las Cuatro reglas de disciplina”. El precepto señala que, en
cuestiones que el Buda no permitió o prohibió en forma explícita, uno debe
actuar de acuerdo con las costumbres locales, siempre y cuando no se violen los
principios fundamentales del budismo.
15.
Comer carne de
pescado o de ave, también era visto como una fuente de impureza.
16. El tratado sobre El
“Sutra del Loto”, atribuido a Vasubandhu, contiene un saludo de alabanza a los
tres tesoros del “Sutra del Loto” que el Daishonin puede haber interpretado
como expresión de devoción a la Ley Mística. El “Método de contrición mediante
la meditación del loto”, texto chino atribuido a T’ien-t’ai o a su maestro
Nan-yüeh, también contiene en varias partes la frase “Nam-myoho-renge-kyo.